Antes de la guerra
pensaba, que si me controlaba el mundo empezaría a tener sentido, buscaba los
motivos por los que ocurren las cosas, supongo que entonces era bastante
inocente... Si el mundo no se acaba, quiero estar aquí, en casa, contigo, Esta
es mi vida. (Escenas de Una Vida Casi
Perfecta – How I Live Now)
Por:
Guido
Poulanc
En ciertas ocasiones es
bueno no ver el tráiler ni leer la sinopsis de una película, para así llevarse
una grata sorpresa con un giro conceptual en medio de esta. Este es el caso de
una vida casi perfecta, que en un principio se mostró como un drama psicológico
de una niña desadaptada, para después convertirse en un filme apocalíptico y
lleno de aventuras, eso sí, sin perder el tinte dramático.
Con una excelente
interpretación de Saoirse Ronan,
conocida por papeles como Desde mi Cielo y Hanna, la cinta cautiva desde un
primer momento y tras su desenlace, se hace más exquisita porque logra hacer el
giro de conceptos sin verse forzada en ningún momento.
Su tía es una de las
personas que intentan evitar el estallido de una tercera guerra mundial y por
eso los deja solos en casa, encargándose del asunto el hijo mayor que tiene un
poco más edad que Daisy. Ella se siente atraída por el chico que posee el
extraño poder de saber que piensan las personas.
Argumento
Daisy, una adolescente
Estadounidense con problemas familiares y algo desadaptada, viaja obligada a
donde sus parientes en Inglaterra, con un claro conflicto con su padre, llega a
una casa antigua con verdes paraderas y conoce a sus primos bastante diferentes
a ella.

La guerra se desata y con
ella el caos que trae un conflicto bélico para una familia normal que lo único
que desea es sobrevivir.
Crítica

Pero no deja por fuera temas
tan necesarios en la trama; el poder militar en casos extremos, la mujer como
botín de guerra y los crímenes contra la humanidad que se dan en estos
conflictos, sin ponerlos como actores principales sino como parte de un paisaje
macabro que de alguna manera nos recuerda imágenes tan terribles como las de
“28 días después” y atmosferas tan tristes como las de “divergente”.

Aunque tiene un final un
poco lento y algo melodramático, concluye como empezó, siendo fiel a su idea de
ser una cinta puramente dramática y con el deseo de mostrar la evolución de su
personaje principal.
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